Music is life

"Lo peor de los conciertos no son las horas de espera, ni los empujones, ni las carreras, ni las prisas, ni el calor, ni los nervios, ni la sed, ni el dolor de pies. Lo peor es saber que mañana actuarán en otro pais, donde serán otras fans las que tengan el honor de esperarles, recibir empujones, pegarse carreras, tener prisas, morir de calor, pasar nervios, tener sed, y disfrutar en definitiva del bendito dolor de pies..."
Monsunity.

Me pregunto si la gente lo entiende, realmente. Lo que significa querer a un grupo. No ser una fan. No, ser fan es fácil. Te pintas un poco la cara, preparas la voz para gritar al máximo y te aprendes las canciones. Cierto, si eres fan de un grupo japonés, tiene su dificultad.
Pero es más difícil preocuparse por ellos, esperar mordiéndote las uñas a que la maldita minicadena se encienda con tu valioso CD recién comprado, porque no has cedido a la tentación de descargarlas antes de tiempo. Es difícil que se te escape una lágrima mientras escuchas ese tema tan especial, que ni siquiera sabes de qué va, simplemente te ha llegado al corazón. Y sabes que es tu canción, que te llevará a la facultad cada mañana en el atestado autobús, que te devolverá a casa los viernes por la tarde en el tren de cercanías, que te ayudará a dormir cuando sólo necesitas escuchar esa canción.
No necesitas ser fan para vivirlo. Necesitas humanidad. Porque sentir eso es maravilloso. Dar codazos y enviar miradas envenenadas en ese concierto que llevas esperando meses es genial. No importa la sed que tengas, el calor, o las ganas de dormir. Cuando salen al escenario, simplemente son ellos.
Pero no son dioses. Son personas. Y eso es lo mejor de todo. Que una persona a quien no conozco de nada es capaz de hacer que se me pongan los pelos de punta.